Con una participación electoral que apenas superó el 52%, el oficialismo misionero volvió a imponerse con contundencia. El Frente Renovador de la Concordia obtuvo el 58,6% de los votos y refuerza una tendencia nacional: en el interior, los votantes priorizan la gestión local por sobre el clima político nacional.
En unas elecciones marcadas por el ausentismo y la apatía, el Frente Renovador de la Concordia logró una clara victoria en Misiones, consolidando su hegemonía tras más de 20 años al frente del gobierno provincial. Con el 97% de las mesas escrutadas, el oficialismo obtuvo el 58,63% de los votos válidos, mientras que La Libertad Avanza, espacio alineado con el presidente Javier Milei, quedó en segundo lugar con 22,57%.
A pesar del amplio triunfo, el dato más preocupante fue el bajo nivel de participación ciudadana: solo votó el 52,94% del padrón, lo que enciende alertas sobre la desconexión entre la ciudadanía y la dirigencia política. Analistas locales lo atribuyen a una combinación de desinterés, desilusión y falta de representación.
La jornada definió cargos legislativos y municipales, con el Frente Renovador reteniendo la mayoría de los municipios y bancas. El resultado confirma que, pese a la irrupción libertaria a nivel nacional, la falta de estructura territorial sigue siendo un obstáculo clave para La Libertad Avanza en elecciones provinciales.
Una tendencia que se repite en el interior
Lo ocurrido en Misiones no es un caso aislado. Se trata de una tendencia que se replica en varias provincias, donde los oficialismos locales logran sostener su poder más allá de la coyuntura nacional. Ejemplos recientes se vieron en San Luis, Jujuy, Chaco y Salta, donde los gobiernos provinciales fueron ratificados en las urnas.
En contraste, en distritos como la Ciudad de Buenos Aires, el voto tendió a ser más nacionalizado, beneficiando a los candidatos afines al presidente Milei. Sin embargo, en provincias como San Juan, las encuestas marcan que la aprobación a las gestiones locales, como la del gobernador Marcelo Orrego, podría traducirse también en victorias electorales.
El caso de Misiones refuerza esta lógica: los votantes del interior parecen más inclinados a respaldar administraciones cercanas y con resultados tangibles, más allá del clima político nacional.
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